Un coleccionista inglés afincado en Rocafort es uno de los diez que más vende en el mundo en el jugoso mercado de los juguetes antiguos.
Él británico Jeffrey Levy vende desde su galería de Rocafort juguetes antiguos a más de 10.000 coleccionistas de todo el mundo, entre los que se encuentran dioses de Hollywood como Steven Spielberg, Woody Allen o Richard Gere. Hace cinco años que cambió sus tiendas en Londres, Beverly Hills y Nueva York por el sol de Valencia, y todo gracias a que internet “ha convertido el mundo en su pueblo”.

Levy acaba de inaugurar una exposición en el Casino Monte Picayo con 55 de los 2.500 juguetes antiguos que atesora en su Galeria Navarro de Rocafort, donde se pueden encontrar piezas de extraordinario valor histórico, cultural y artístico cuyo precio oscila desde los 100 hasta los 70.000 euros.
Esta almoneda de ilusiones alberga una de las mejores colecciones del mercado de juguetes antiguos fabricados desde 1850 hasta la I Guerra Mundial, época conocida como la Edad de Oro de los juguetes ya que en su mayoría se trata de piezas fabricadas artesanalmente en hojalata o madera, pintadas a mano y estampadas mediante litografía.
Actualmente el mercado de los juguetes antiguos mueve en todo el mundo unos 100 millones de euros al año, ya que con el paso del tiempo aquellos coches y trenes de hojalata que los artesanos relojeros del sur de Alemania empezaron a fabricar para los hijos de la nueva burguesía que surgia con el amanecer de la Revolución Industrial se han convertido en cotizadas obras de arte.
Confiesa que cada vez que vende algo se le encoge el corazón, ya que afirma que le gusta jugar con sus juguetes y que el mejor momento del día es cuando se encierra con su hijo de cinco años en la galería y ponen en marcha el tren eléctrico de 1910 que arrastra un vagón de 1914 con la reproducción de un avion Berliotz valorado en 5.000 euros.
La medicina con la que combate la tristeza de desprenderse de las piezas de su colección es hacerla más grande por ello recorre cada año 100.000 kilómetros a la caza de juguetes antiguos.

Con clientes desde EEUU hasta Australia, Corea del Sur y Japon, Levy ha sumado a sus actividades la inversión en juguetes antiguos , faceta que ya ocupa una tercera parte de su facturación anual. “ la rápida revalorización de estas obras de arte, cuyo precio crece un 20% más cada año, hace que cada vez sean más apreciados como una forma alternativa de inversión frente a la inestabilidad de los mercados internacionales, aclara mientras explica que el próximo mes recibirá una delegación de empresarios de Pekin interesados en invertir en estas antiguedades.